jueves, 30 de agosto de 2012

Mala Mar.

Y por fin aire. Salir de ese círculo vicioso de variedades y volver a tocar pie. Viajar por tus posibles personalidades saboreándolas una por una. Sin limitaciones ni vetas. Todo es posible y lo harás sin pensar en el arrepentimiento, palabra prohibida desterrada del diccionario de tus acciones. La memoria está en standby por unas horas hasta que tu cuerpo vuelva a darle de nuevo al play. Puedes ser quien quieras y como quieras, nadie te reconocerá. Mañana volverás a ser el mismo, con dolor de cabeza. Te vuelves peligrosamente un niño. Los impulsos hablan tu mismo idioma. No hay dolor. Tu cuerpo está presente pero tu espíritu está muy lejos de allí. Unas pequeñas vacaciones.
Todos los papeles que tengas en tu amueblada cabeza los coges y los tiras por la ventana de tus pupilas creando una explosión. Rabia de morder. Estas encerrado y no te dejan salir. Alguien te ha escondido las llaves de tus puertas en el sitio más extraño de tu cerebro. Ya puedes gritar tanto como quieras que no te van a escuchar. Solo te ven, pero no te entienden. Son seres racionales y no están ahí contigo, en el borde del precipicio. El instinto de supervivencia y de caza aflora y te comes de un ladrido a aquel que se te ponga por delante. “Te enseñaré los dientes y si hace falta te sacaré las garras”. Tienes los sentidos momentáneamente dormidos pero paradójicamente más atentos que nunca y detectas el olor a perra muerta a leguas. Eres uno de ellos. El tiempo desaparece, alguien lo ha soplado y se ha desvanecido. Eres libre y capaz de todo. El pleno apogeo del viaje lo encuentras a la vez que el desgarre de tu voz y la huida de la consciencia. Estas viviendo tu propio viaje íntimo de la locura y te estampas contra las paredes clamando venganza. Rozas el vacío y te lanzas sin mirar atrás. Mañana resucitarás, no hay peligro. “Así que hoy, ahora, me divertiré contigo”. Vivir intensamente sin niveles de tensión que te sostengan. Tus órganos se van devorando unos a otros sin miramientos creando una masa latiente parecida a un corazón en el estómago. Respiración diafragmática de color rojo pasión. Pasión descontrolada. Matar, morir, amar, odiar y olvidar.
El espejismo se disipa y solo queda un ligero sabor del viaje. El mañana es hoy.
                               
       -Bon dia.


" El cielo está en plena guerra de agua con las nubes"

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