miércoles, 31 de diciembre de 2014

31

Nos volvemos a ver las caras, viejo amigo. Una vez más tu por aquí. Te veo diferente, has crecido. Un año más, no? No me guardes rencor por no acordarme de ti en los últimos años. Sé que no te escribí pero no fue con mala intención, tenía otras cosas en la cabeza.

Púes sí, has sido rompedor, eso nadie va a negartelo. Empezaste bien, por todo lo alto, borracho de emociones. Luego has ido navegando, unas veces con rumbo, otras a la deriva, otras veces echamos el ancla y así vamos, como siempre, entre mil mares y mareas. Te has vuelto racional, incluso dogmático, sin ningun resquício de ritual ni tradición. Y como yo soy mujer de armas, tomar no voy a conformarme con el curso de las cosas y he buscado alternativas, recogiendo los trocitos y poniéndolos a la plancha con ajito y perejil.
Mientras tanto en la televisión resuenan villancicos, discursos de principes que se creen reyes y grandes comilonas de familias proletarias, que aún en el paro, pueden permitirse alguna que otra gamba.
Y yo por la parte que me toca sigo sin saber si existe el amor, tras mis trabajos de investigaciones, búsquedas extasiantes, teorías y prácticas, varias copas de más y alguna que otra brecha sigo sin saber si existe en su totalidad, como nos cuenta disney, nuestro sistema patriarcal, los hermanos Grimm y nuestras amigas las hadas. Sólo sé que los cuentos de hadas son para dormir a las niñas y las mariposas en el estómago son una mala pràctica alimentícia.Lo que si puedo asegurar es la existencia de las tres C de Tote King y las tres D de Dumazedier. Si juntamos eso con grandes dosis de abrazos, risas, paciéncia, el ajito, el perejil y las gambas a la plancha sale un buen menú.
Si eso es el amor, no lo sé, pero está buenísimo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario